El niño entre los tres y cinco años es inquieto. A los tres años comienza a andar en triciclo, sube escaleras alternando los pies.
Ya a los cuatro años puede turnarse en el juego, el esperar es importante para su sociabilización. El lenguaje se va enriqueciendo día a día, pasa de las frases de dos a tres palabras: “Mama tita”, “quiero agua”, a frases completas donde los niño se expresan con pronombres, preposiciones y adjetivos. Es fascinante conversar con ellos. A la edad de cinco años, comprenden bien los que se les explica y pueden comunicar sus deseos, angustias y miedos. Al niño de tres a cuatro años le resulta posible alejarse tranquilamente un par de horas para ir al jardín. Es en esta etapa donde el niño está inmerso en la fantasía, en el juego y en el mundo de hacer creer. Muchos padres no se dan cuenta de la influencia que tiene la televisión sobre el dormir de los niños.
El sueño.
El niño de tres a cinco años ya debe ser capaz de dormir durante la noche sin despertarse. Puede hacer una siesta, generalmente la mantienen hasta los tres años. A los cinco años el pequeño ya está adaptado al ritmo escolar; puede ser un buen momento, si los padres lo desean de incluir alguna otra actividad. En esta etapa, los niños no aceptan el irse a dormir directamente ante la orden de los padres:“ahora nos vamos a dormir”. No quieren acostarse, instauran rituales diversos, el cuento, la canción, el vaso de agua al lado de su cama. Necesitan a veces, de un objeto que los acompañe durante la noche: una luz, un muñeco, el dedo pulgar, etc. Los padres que intuyen tal necesidad intentan crear o favorecer el desarrollo de un objeto transicional. Un análisis detallado de los diversas rutinas diarias y de sus conexiones podrá ayudar a los papas a darse cuenta que está sucediendo, sin olvidar que la simple reorganización del ambiente ayuda a modificar el habito del sueño.
Desordenes pasajeros del sueño: Las parasomnias.
Las perturbaciones pasajeras del sueño son comunes en este período de la vida infantil. Se denominan parasomnias a los trastornos normales que se producen durante el sueño, interrumpiéndolo o no. Si bien no son de gravedad, suelen perturbar el sueño de la familia. Las parasomnias generalmente aparecen después de los dos años hasta los seis. Las más frecuentes son: los terrores nocturnos, las pesadillas, el sonambulismo, la somniloquia ( hablar dormido), y el bruxismo (apretar fuerte los dientes).
Diferencias entre terrores nocturnos y pesadillas:
TERRORES NOCTURNOS |
PESADILLA |
Edad 2-3 años |
Edad 4-5 años |
Grita bruscamente, sin despertarse. |
Se despierta. Grita llamando a sus padres. |
Mirada de angustia, sudoración, |
Puede relatar la pesadilla. |
No se calma ante las palabras de sus padres. |
Se calma con la presencia de los padres |
No recuerda el episodio a la mañana siguiente. |
Recuerda el episodio a la mañana siguiente. |
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