A esta edad aparece la actividad onírica y, durante el sueño, suelen presentarse algunos recuerdos vividos.
Los terrores nocturnos se manifiestan con llanto repentino. El niño permanece dormido y al otro día no recuerda lo sucedido.
Si tuvo una pesadilla se despierta llorando, reclama por mamá o papá y puede relatar lo sucedido: “perro malo”, “cocodrilo”, etc.

Comentar sobre este Artículo.